Cuando el cuerpo pide pausa… y por fin se la damos
- Hilda Díaz Ph.D.
- 19 jul
- 2 Min. de lectura
Laura trabaja frente a su computador más de ocho horas al día. Entre reuniones, correos y entregas urgentes, rara vez se detiene a escuchar lo que su cuerpo está diciendo. Al final de cada jornada, el cuello le duele, los hombros se sienten como piedras y la espalda parece cargar más que solo el peso de su rutina.
Pero, como muchas personas, se acostumbró. Aprendió a vivir con la tensión como si fuera parte del paisaje. Pensaba que ese malestar silencioso era “normal”, que así era la vida adulta.
Hasta que una tarde, en medio de una conversación con una amiga, mencionó que se sentía cada vez más cansada y contracturada. Su amiga le pasó un pequeño frasco color verde y le dijo:
—Póntelo esta noche, antes de dormir. Solo un poco. Hazlo como un acto de cariño hacia ti.
Esa noche, Laura frotó unas gotas sobre sus hombros. El aroma era suave, con toques herbales. Sintió el calor en la piel y una especie de suspiro corporal, como si el cuerpo por fin dijera: gracias.
No fue una solución mágica. No le desapareció el estrés del mundo ni le resolvió las entregas del día siguiente. Pero algo cambió: empezó a registrar cómo estaba su cuerpo. Cómo se sentía. Comenzó a darse permiso para detenerse.
¿Qué tiene de especial el aceite verde?
El aceite verde de Natesa es un producto artesanal, elaborado con ingredientes naturales cuidadosamente seleccionados para apoyar al cuerpo en procesos de tensión, inflamación o dolor muscular.
Su fórmula actúa directamente sobre las zonas más afectadas, ayudando a relajar los músculos, desinflamar tejidos y devolver al cuerpo una sensación de descanso profundo.
Lo que hace único a este aceite no es solo su efectividad, sino el hecho de que no agrede al cuerpo ni lo “anestesia”, lo acompaña. Permite que el sistema nervioso entre en una frecuencia de reposo y que los músculos puedan soltarse desde un lugar seguro y sostenido.
Sirve para contracturas, cuello rígido, dolor de espalda, piernas cansadas, tensión en la mandíbula y hasta molestias menstruales. Con solo unas gotas y un masaje consciente, es posible transformar la manera en que el cuerpo se siente… y se habita.
Un ritual cotidiano de cuidado
Para muchas personas, el aceite verde se ha convertido en parte de su rutina nocturna o después de actividades físicas intensas. Un recurso para reconectar con el cuerpo, sin efectos secundarios, sin químicos agresivos, sin prisas.
Y aunque parezca pequeño, este gesto tiene un impacto mayor de lo que parece. Porque cada vez que eliges ponerte unas gotas, estás diciéndote:
“Me estoy escuchando. Estoy aquí para mí.”
Y esa presencia, a veces, es todo lo que el cuerpo necesita para empezar a sanar.
Aceite verde de Natesa

Natural, profundo y eficaz.
Alivia dolores musculares y tensión acumulada.
Ideal para masajes localizados o como parte de tu rutina de descanso.